martes, 1 de septiembre de 2015

Veracruz, puerto jarocho de gente amabale, jarocho:хорошо)))))

Veracruz, un estado de montañas, mar, huapango y tequila también. 

El actual escudo fue originalmente concedido a la ciudad de ese nombre mediante Real Cédula del 4 de julio de 1523, expedida en Valladolid por el rey Carlos I de España y V de Alemania. Fuente wikipedia,
Es la mezcla directa entre el viejo mundo y el nuevo, el plus ultra está presente, habiendo llegado los navegantes al puerto no se quedaron, allí, siempre fueron más allá, pero esta era la caseta, la entrada a México. Algo así como New York en tiempos de la conquista. 

En Veracruz encotraremos pueblos indígenas, pueblos cuyo idioma materno es el italiano, econtremos también españoles, algunos alemanes y a todo el pueblo mexicano, que bajo una misma patria vive lo que nos ha sido dado de tiempo, vida y época.

Los jarochos. Gente alegre, 

No quiero pasar por desapercibido la gran diferencia de clases en México, pero aún así México es un país de gente felíz. Podrá haber gente pobre, pero aquí tienen esa gran bendición divina de tener agua en casi cualquier lado, darse un manjar de las mejores frutas trópicales sin pagar un euro a nadie. Gente de profundas raíces religiosas, y a veces un poco a-temporales. Cada día son más los mexicanos que con escasos recursos, llegan a formar parte de la nueva generación de mexicanos. Bien hoy decir a una español ex-patriado con gran nostalgia. -México es un país generoso para aquellos que lo trabajan.

Hoy México se construye con una nueva generación, con el intercambio cultural que tenemos. Miles de turistas visitan México, y miles de mexicanos van por el mundo, como nuestros hermanos españoles, añorando la patria, siempre "plus ultra" más allá de nuestra vista pero con el corazón en la patria. Nada es tan bello como dejar el hogar y dejarlo con las puertas abiertas para nuestro regreso, estemos donde estemos siempre tendremos a nuestra familia, y ese volver a México.

Veracruz es el principio y el final. En sus costas desembarcaron las naves del conquistador extremeño y allí sigue en pie el postrero baluarte español, el fuerte de San Juan de Ulúa, donde se arrió por última vez la bandera española tras la independencia mexicana hace ya casi dos siglos
















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