martes, 24 de mayo de 2016

¿Porqué aprender español?

Unos de los motivos por los cuáles la gente más aprende español es por el turismo, cuestiones laborales y porque el amor lo ha llevado a España y a latino-américa. Dicen que es fácil aprender español, otros dicen que no lo es, pero la verdad es que todo depende de qué tipo de español quieras aprender. No es lo mismo decir, estoy enamorado o que las cosas no están saliendo bien, que decir: Ando volando bajo.


El español es un idioma abstracto, real, superfluo, plástico y sobre todo entendible, aunque no todas las veces el mensaje es decodificado por la persona como queremos. Imagina si te digo - ¿me das? ¿Qué entenderías tu? Me puedes dar muchas cosas, eso dependerá de la generosidad muy vuestra. (Entiéndase lo dicho)

Oh qué fácil es expresarse en español, sentimientos tan sublimes expresados en este idioma. Tan sublimes que a veces han quedado en el anonimato.

No me mueve, mi Dios, para quererte 
el cielo que me tienes prometido, 
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.



Y es que a santa Teresa no le faltaban palabras para decir que moría porque no moría, ¿Qué nos quiere decir? Y si Caminante no hay camino, Gracias Antonio Machado por esto. Y Cervantes, bueno Cervantes es punto y a parte.

Que fácil es aprender español, un idioma que no promueve ideas religiosas porque es el idioma de Dios, una lengua que no promueve a una corriente política porque nos encanta viajar. Cuantos españoles, mexicanos, colombianos.... desde tiempos lejanos han dejado sus tierras para ir al encuentro del nuevo o del viejo mundo, y esta vez voy a incluir a nuestros hermanos portugueses y brasileños, es el espíritu viajero que por tierra y mar siempre quiere ir más allá del fin del mundo.

Español, un idioma que no tiene enemigos. Español, un idioma que ama mucho y odia mucho. Español un inglés que se enamora, español otro chino que se muda y pone su comida a vender. Español es fiesta, baile y canto. Español es más allá de castilla.

jueves, 12 de mayo de 2016

Tequila en un funeral.

La muerte en México no es un tema tabú. La vemos representada en caricaturas para niños, en murales, esculturas y hasta en el baño de un restaurante se nos recuerda que vamos a morir. La muerte es algo muy presente en México, no nos asusta, nos asusta un chingo y por eso preferimos burlarnos de ella.


En cada país hay rituales para enterrar a un ser querido. En algunos países la lluvia y los paraguas son parte de ese ritual, y en otros un cura y lamentos es lo único que se ve. En cambio, en México, puedes ver cualquier cosa en un funeral. Desde el que más llora hasta el que ríe por el gozo de que un ser querido haya pasado a mejor vida. Un funeral en México es el típico lugar para conocer todo el árbol genealógico. Si bien pudiendo haber 20 o 30 personas familiares del difunto, este es el día para conocer a los primos lejanos, a los tíos que no son tíos y hasta los hermanos que son medios. 


Un funeral mexicano es la cita perfecta para ver cuán grande es la fe en esta nación. El cura normalmente es aquel que lleva tiempo conociendo a la familia, siempre hay una persona que era allegada al difunto y es la que más tiene agallas para consolar a los que están llorando. Y cuando se llega el momento de dar las palabras sobre la madre, el padre, el hermano o el hijo, nunca falta ese trago de tequila que nos hace fuertes como mexicanos. No cómo algo cobarde, sino para que nuestra voz sea curada de aquel desgarre que explota en nuestras entrañas y para que la gente pueda escuchar claramente lo mucho que fue esa persona, y lo mucho que lo será en la otra vida.

Cuando se acaba el acto religioso es deseo de muchos mexicanos que se lleve mariachi desde el templo hasta el panteón. En cuanto el padre dice, hermanos pueden ir en paz, se escuchan las trompetas, los violines, los guitarrones y las voces que llegan a lo más profundo de todos los allí presentes.

Los tragos de tequila son discretos, pero nunca falta quién lleve una botella en mano y vaya llorando, riéndose y recordando todo lo que pudo o no pude haber pasado. Llegan los niños a consolar a los más mayores, diciendo que no lloren, después se van a jugar a ver quién encuentra la tumba más vieja o nueva del panteón o a ver quién de ellos encuentra su nombre entre los que descansan. Oh, pero cuidado con quién llegara a pisar una tumba, porque en la noche el muerto vendrá a su habitación a jalarle los pies mientras duerme. (Nunca pises una tumba)

Para todos aquellos que saben de lo que hablo les mando un saludo cordial desde la tierra del tequila, y para los que no, les deseo que cuando todo esto pase pongan su fe en que Dios saca mejores cosas incluso de lo que es una tragedia.