Solemos hacer las llamadas noches mexicanas. Noches en las cuales, los que vivimos en la ciudad o fuera del mundo pueblerino mexicano, sacamos nuestros sombreros, nuestra ropa mexicana y todo lo mexicano. Es el día en el cuál la España mira quizá a los pueblos latinoamericanos con algo de orgullo, nosotros quizá con algo de nostalgia o algunas personas con odio, pero la verdad es que somos una fusión entre lo nuevo y lo ya no tan nuevo.
Escuchamos huapangos, cumbias, y sobre todo sobre todo escuchamos mariachi, a Vicente Fernández, al "poeta del Pueblo" en paz descanse, Joan Sebastian, y también escuchamos las polkas y grupos norteños como los tigres del norte.
Quizá en el sur solo escuchen huapangos, o en el norte solo escuche norteñas, pero en mi Guadalajara querida se escucha lo que escucha todo México: Mariachi.
Suele haber grandes banquetes con las gastronomías más típicas de México. O sea, 30 platillos aproximadamente son los más famosos, bien se puede cenar tacos, enchiladas, chascas, discada.... Bueno nosotros cenamos Pozole y tostadas de guizos y refrescos, agua de horchata y jamaica y claro tequila y algo de mezcal.
Suele haber desfiles de las fuerzas armadas mexicanas y protección civil, y también eventos culturales en los museos mexicanos. ¿Museos Mexicanos? Bueno hay de todo, casas históricas, ex-conventos, estaciones ferrocarrileras, antiguos edificios, y algunos elefantes blancos que de repente al gobierno se le ocurre hacer, muy chulos pero fuera de la arquitectura colonial.
Es el mes patrio, un mes para vivir México de una forma extraña, poco convencional, donde la patria es primero y dónde los antiguos guerrilleros visitan al México, siempre en paz pero con esa llamada paz romana, de solo algunos años, porque la guerra siempre viene por estas tierras, y el tequila nos saca bríos de grandeza para aquellos que lo beben y no. Es el sabor de México.
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