miércoles, 12 de octubre de 2016

De Amor, Vodka y Rosas sin Tequila, sin Aceitunas.

Estas rosas son especiales, eran para una chica de ojos verdes pero las acabó recibiendo alguien más. 

Este vodka es especial, no era para sanar nada, ni siquiera para olvidar, era para sentir al menos algo aquella noche.

Cuando te gusta una rosa, no piensas en las demás.

Cuando empiezas a ver con el corazón las miradas se pierden.

Cuando las palabras faltan la música habla.

Cuando sonríes sin motivo alguno es porque en ese momento está ella en tu mente, en tus neuronas y el cuerpo hace un esfuerzo fisiológico para traer tan siquiera una imagen de su sonrisa, de sus ojos, tu nariz puede oler su cabello, su perfume incluso. 

Tu alma, tu alma siente.

Perdido en la soledad te sientes acompañado, esperas ver.

En un día calmo inquieto marinero eres, y tranquilo navegante en un día tempestuoso.

Estás entre la locura y la cuerda floja de la sensatez, no huyas, no corras, deja que el tiempo te alcance.

Te amo. Ese único momento en el cual Dios puede pedirte cualquier cosa, porque él es amor.

Sin poco que decir, y con mucho que sentir: a veces falta el Tequila, y cuando no olvidas al estilo Jalisco, sientes al estilo Ruso, frío y real.